Girona, 2002
Reproducción a escala, convertido en un pequeño habitáculo portátil, del monumento a Rosa Luxemburgo y los Espartaquistas asesinados por la policía alemana el 1919, diseñado por Mies Van Der Rohe el 1926 y destruido por los Nazis el 1933. Instalación en el parque de la Devesa de Girona y posteriormente en el interior de la Fundació Espais d’Art Contemporani de Girona.
En 2009 el proyecto fue mostrado en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona MACBA, como parte de la exposición Modernologies.
Colaboradores:
Àngel Escalera (construcción) / Rafael Ruiz (vídeo) / Xavier Arenós (fotografia)
Jordi Font Agulló (textos)
Agraïments:Delícia Burset, Betlem Estrany, Mercè Manau i especialment a Ita Puig.
“ (…) El proyecto Existenzminimum, en esencia, se inscribe también en esta operación de mostrar la marginalidad actual de estos principios éticos y sociales. Sin embargo, pese a la falta de instrumentos eficaces para superar la parálisis contestataria causada por la agresividad neoconservadora del capitalismo tardío, en la obra de Domènec el escepticismo tiene un papel limitado. Así sucede cuando aborda la fusión de la existencia mínima —concepto debatido en el congreso de arquitectura CIAM de Frankfurt en 1929 que pretendía establecer unas pautas universales que posibilitasen una vivienda digna para todo el mundo— con la redimensionalización y la readaptación de una obra conmemorativa diseñada por el arquitecto Mies van der Rohe en la que se homenajeaban a Rosa Luxembourg y Karl Liebknecht, dirigentes de la izquierda comunista alemana asesinados por fuerzas parapoliciales en 1919.
El monumento pierde la grandilocuencia originaria al ser reciclado en vivienda mínima y literalmente asimilado a un kit de bricolaje en manos del artista. De este modo, se convierte en el punto de partida de experiencias cotidianas microutópicas realizadas en tiempo real, con una fuerte carga lúdica, como fue el caso de su instalación en el parque de la Devesa de Girona. Con un tamaño mucho más reducido, la réplica construida por Domènec concede nueva vida al monumento destruido en 1933 por la barbarie fascista y traza un vínculo, a una escala humana, entre el potencial utópico de las ideologías emancipatorias de la Modernidad y sus hipotéticas readaptaciones críticas. La pequeña vivienda nómada, con una forma que recuerda a un búnker, sugiere que es posible emprender prácticas resistenciales que resquebrajen el consenso imperante.” [Jordi Font i Agulló]